¡Gracias, BODEGUERO!

Este mes se nos jubila Milan, nuestro sempiterno bodeguero, nuestro BODEGUERO. Cerca de 20 años de servicio impecable, llevando las riendas firmes y organizadas de un proyecto tan personal como especial, de una bodega tan complicada como amable. Y se va a descansar –que merecido lo tiene- un miembro más de todos los que formamos la familia de Finca Loranque.

Con él arrancó el proyecto, con él consolidamos nuestra especial forma de elaborar vinos, y con él permanecerá en la bodega una manera concienzuda, pulcra y eficaz de manejar la bodega. Desde la entrada de uva, hasta los movimientos de barrica y el embotellado. Desde la poda más especializada de la viña, hasta el diseño de carga de contenedores que recorren el mundo. Un poso imborrable de hacer bien las cosas, que deja en herencia a su sustituto, con un listón por las nubes.

Se jubila la amabilidad personalizada, el buen rollo perenne y, sobre todo, un buen amigo, un profesional genial y una persona inigualable. Le deseamos todo lo mejor, y que disfrute del tiempo que generosamente y con creces dio a la bodega hasta ahora, con sus nietos, con su mujer y sus hijas. Y un ruego: si le queda un ratito, que no nos abandone del todo y siga apareciendo, con su cara de bondad y sus canas desaliñadas, por aquí de vez en cuando. ¡Gracias por tanto, Milan!