Loranque Merlot 2016, la variedad de la elegancia

Hay añadas especiales. Sobre todo para algunas variedades. Y es lo que ocurrió en 2016 para el merlot en Finca Loranque. Aunque todos los años se vendimia, vinifica y cría por separado, generalmente pasa a ensamblarse con otras variedades, para aportar riqueza organoléptica. Sin embargo, la cosecha de 2016 era perfecta, y tras mucho debate, la bodega siguió el criterio del enólogo y decidió embotellarla por separado, ampliando la gama de monovarietales con lo que hoy es ‘Loranque Merlot 2016’.

El merlot procede la parcela más antigua de la finca, ‘La Vía’, no más de una hectárea plantada hace ya más de 30 años. La variedad Merlot presenta racimos cilíndricos, pequeños, de bayas sueltas y tamaño grande, de un color azul-negro intenso y hollejo muy fino, lo que dará vinos de carga tánica moderada-baja. Son bayas con un buen contenido en azúcar.

‘Loranque Merlot 2016’ -del que se han embotellado únicamente 3.700 botellas y 150 magnum- destaca por su finura y suavidad, además de por sus sorprendentes aromas a frutos del bosque, especias y fruta madura. Los vinos Merlot no pierden calidad con el paso del tiempo y con su maduración obtienen una mayor complejidad, sobre todo la que le aporta los 16 meses de barrica francesa de Alier, de 225 y 500 litros.

Los vinos que produce la variedad merlot son de capa alta, oscuros, con un grado alcohólico bueno, acidez y taninos moderados. En boca son vinos suaves y sensuales que mejoran sensiblemente tras algunos años en botella.

En cuanto al maridaje, resulta una variedad perfecta para platos sabrosos y potentes. Las carnes rojas son las que mejor maridan. Además, resulta ideal para acompañar algunos pescados, éste debe ser un pescado sabroso y de composición grasa, como el salmón, bacalao, atún… En el caso del queso, tienen que ser quesos potentes como manchegos curados, tortas, brie, azul… En arroces, mejor si es con cuerpo y potente, perfectos para caza.