En Bargas, a tan sólo 50 kilómetros de Madrid (con acceso directo desde la autovía A-42 y desde la AP-41) y a 10 kilómetros de Toledo, Finca Loranque es una de las tierras de viñedo con más solera de Castilla La Mancha. Terrenos fértiles para la agricultura se dan la mano con terruños arcillosos, muy aptos para la viña. Un paraje único donde existen documentos que prueban que ya en el siglo XI existían grandes pagos con las mejores cepas.
El vino en el mejor entorno
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Sólo a 10 kilómetros de Toledo
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Viñedo propio y vinos singulares
Finca Loranque es el resultado del empeño de la familia Díaz Bermejo, que a comienzos de los años ’90, convencida de que podía aportar algo novedoso al mercado, decidió dar el difícil salto de ser grandes aficionados al vino a convertirse en elaboradores. El objetivo era claro: conseguir un vino singular, creado a partir de un viñedo propio y con criterios de alta calidad.
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Una enología exitosa y de prestigio
Bajo la dirección y asesoramiento permanente de Pablo Eguzkiza (Cía de Vinos Telmo Rodríguez), Finca Loranque se abastece exclusivamente de uvas cultivadas en la propiedad, cuya plantación se inició en 1996, fecha en la que se decidió la recuperación de su prestigio vinícola.
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Bodega declarada Bien de Interés Cultural
Junto con los vinos, la verdadera ‘joya’ de Finca Loranque es su bodega centenaria, recuperada gracias a importantes inversiones en tecnologías vanguardistas, pero siempre respetando la peculiaridad de un edificio declarado Bien de Interés Cultura, dentro de una casa de labranza del siglo XVIII. Posiblemente, la bodega de vinos en superficie más antigua de Castilla-La Mancha.
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Calidad, tradición y vanguardia
El cuidado que se percibe en una visita a la Bodega Finca Loranque y a todo el entorno que la circunda, deja bien claras las señas de identidad de esta apuesta empresarial: esmero, calidad, tradición y vanguardia.
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Equipamiento de última generación
La incorporación de equipos de última generación, junto al uso de las herramientas elaboradoras más novedosas, permite adoptar en cada momento las medidas necesarias para que el vino que pretendemos crear se convierta en realidad.
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El mejor roble, el mejor aliado
La apuesta enológica de Finca Loranque cuenta con la madera de roble como su gran aliada. En la nave de crianza reposa un parque de 500 barricas de roble francés, húngaro y americano. Toda la dependencia cuenta con los últimos adelantos en refrigeración y humidificación, con el objetivo de que la elaboración y crianza se produzcan en las condiciones más óptimas.
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Crianza en un entorno único
El vino realizará su crianza durante un mínimo de 12 meses, con trasiegos cada tres meses, catas semanales y análisis diarios.La nave de crianza, declarada Bien de Interés Cultural, resume la filosofía enológica de Finca Loranque: Tradición, respeto al entorno, vanguardia tecnológica y calidad total del producto.
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Sala de redondeo de botella
Finca Loranque cierra el ciclo embotellando en la propiedad su dos marcas: Finca Loranque y Lacruz de Finca Loranque. Antes de salir al mercado, el vino se redondea en botella durante otros 12 meses como mínimo, en una nave especialmente dotada para ello.
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Formación en doble cordón
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Aldama, Finca Loranque en China
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Aldama, Finca Loranque en China