Primera cata vertical de Finca Loranque Syrah Tempranillo
Primera cata vertical de Finca Loranque
Primera cata vertical de Finca Loranque
jueves 1 de diciembre, 2016
El pasado 21 de noviembre se celebró en Toledo –en el magnífico entorno de Enodiffusión, y magníficamente organizado por el distribuidor en la zona, Eusebio Barrasa- la primera cata vertical de Finca Loranque Syrah-Tempranillo, uno de los vinos más reconocidos de la bodega. Para este evento la bodega contó con la presencia de una selección de los mejores restauradores y sumilleres de la provincia, como destacó Guadalupe Shaw, gerente de Finca Loranque, “aquellos que confiaron en la calidad de nuestros vinos desde el principio, y que se han convertido en garantes de su personalidad”.
La cata vertical permitió a todos los asistentes conocer un poco más el ensamblaje de syrah y tempranillo de la bodega, saber más de su origen, de su procedencia y de su carácter. Porque el clima y la tierra son los dos factores, además del ser humano, que más influyen en esa personalidad, y gracias a este tipo de cata pudieron apreciar las huellas que uno y otra dejan sobre el producto final.
Tras largos años de preparación de la viña y diferentes pruebas de elaboración, en el año 2002 sale al mercado la primera añada de esta apuesta enológica, donde se resumen las características básicas de la filosofía de Finca Loranque: apuesta por las características diferenciadoras del ‘terroir’, el inconfundible sello enológico de un equipo de enólogos de contrastada solvencia, capitaneado por Pablo Eguzkiza, y la búsqueda constante de la calidad en todos los procesos.
El mejor vino está en el mejor viñedo
El propietario y vitivinicultor de Finca Loranque, Ramón Díaz Bermejo, fue el encargado de dirigir la cata. La importancia que la bodega le presta a la viña quedó patente desde el inicio, con un recorrido por las diferentes formas de entender el campo desde que se inició la plantación en 1996, así como las vicisitudes de la climatología de cada añada que se cataba. Así, recordó lo esfuerzos por conseguir el óptimo rendimiento, lo que se consigue gracias a intensos trabajos constantes y específicos para cada una de las parcelas. Destaco –como un trabajo poco extendido en esta zona- la denominada poda en verde. Gracias a este trabajo, que se realiza de forma manual, se consigue eliminar la ‘carga’ sobrante de la fruto para mejorar el rendimiento y la calidad de la uva, al aumentar la superficie de insolación útil y limitar el número de racimos por cepa.
Pero de forma especial destacó el trabajo que, quizás, más influirá en la calidad final de la añada en Finca Loranque: la vendimia manual. “En la elaboración de un gran vino, la uva no sólo debe llegar en un momento óptimo de maduración, también debe llegar íntegra, sana y limpia. Hay que evitar las dañadas o podridas, las hojas, los sarmientos,… La única forma de vendimia que permite cumplir con todos estos requisitos es la manual, realizada con atención y esmero y con una selección previa que hace posible recolectar solamente las mejores uvas. Además, la vendimia manual con racimos enteros y escogidos nos brinda la posibilidad de realizar una nueva selección en bodega, que será mucho más exhaustiva que en el viñedo”, destacó Ramón Díaz.
La cata
· Finca Loranque 2002: no fue un año especialmente favorable para una añada importante, pero destacó la apuesta de la bodega por hacer vinos que aguanten bien nel paso del tiempo en botella. Apagado de color, sin resultó un vino con notas de monte y ligeramente anisado, con buena acidez a pesar de su edad y ligero, fácil de beber.
· Finca Loranque 2004: Una de las añadas que más destacó entre los asistentes, especialmente por su redondez. Intenso, repleto de matices, de mineralidad y elegancia muy presentes. Muy vivo aún.
· Finca Loranque 2006: Precedido por la imponente añada 04, parecía menor a su lado al principio, aunque demostró ser un vino repleto de finura, redondo, vivaz, repleto de matices, frutal, especiado y redondo.
· Finca Loranque 2008: Opulento y carnoso, potente, quizás uno de los más elegantes de la cata en ese momento. Resultó un tinto concentrado, maduro, intenso, sabroso, con fuerza y corpulencia, preparado para el paso del tiempo todavía. La perfecta armonía entre la fruta y la madera fue el rasgo más señalado.
· Finca Loranque 2011: Una añada buena para la guarda de vinos, con unas condiciones climatológicas muy buenas. El vino resulto bien constituido, sabroso, goloso, con buen equilibrio, con cierta amplitud, noble tanicidad, buen carácter frutal, envolvente y un final largo y persistente.
· Finca Loranque 2013: La añada que está ahora mismo en el mercado resultó amable y con una acidez muy equilibrada. Muy sutil en nariz, con matices de cerezas negras con un leve pero agradecido punto de hinojo. Un vino bien equilibrada con taninos aterciopelados, terminándose con tonos muy agradables de regaliz.
· Finca Loranque 2014: Un año magnífico para la vitivinicultura en esta zona y la confianza en este vino hizo que, aún a falta de paso por botella, se presentara en esta cata vertical. En este vino se muestra la explosividad frutal y los asistentes le auguraron convertirse en una de las grades añadas de la bodega. De intenso color picota y aromas de frutos rojos, un paso de boca estructurado y sabroso con un final largo y armonioso.
Conclusiones: Un vino con identidad y personalidad
La principal conclusión de esta primera cata vertical se resume en el hecho de que la bodega ha conseguido con Finca Loranque, en su casi 15 añadas en el mercado, un vino con personalidad, muy identificable. Como comentaron algunos de los asistentes a la cata, en general se trata de “un vino sabroso, muy bien hecho, que siempre te recuerda quién lo hizo y de dónde viene, tiene identidad”.
Y ese es, precisamente, el objetivo de la bodega, elaborar vinos modernos, fundamentados en la tradición y que expresen las características del terreno y las condiciones de la añada.
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